Las imágenes ocupan un lugar central en la historia de los pueblos: guardan significaciones, portan pasado, narran procesos y, sobre todo, contienen gran capacidad crítica frente a los problemas del mundo.
En esta oportunidad, Gabriel D’Iorio —profesor de Filosofía (UBA) y doctor en Artes (UNA)— nos invita a preguntarnos por el valor pedagógico y heurístico de las imágenes en su dimensión ética, su función social, su carácter performativo y su fuerza emancipadora.
Las imágenes están en constante movimiento: al tiempo que instituyen realidades, tienen la potencia de transmitir conocimiento y la capacidad de trascender los límites de las disciplinas y los campos del saber. Así, quienes asumimos la responsabilidad de enseñar y mostrar parte del mundo, nos debemos a la tarea de ejercitar la mirada, “desplazar el foco”, para problematizar la relación entre aquello que vemos y aquello que nos mira en las imágenes. Esta acción de poner en relación el campo de lo visible (aquello que está en el marco visual) y campo de lo invisible (aquello que se encuentra por fuera del marco), puede ofrecernos importantes pistas para comprender la centralidad de las imágenes en la escena histórica y social de los pueblos y su poder de agencia en la construcción del orden social.
En efecto, para captar la potencia de una imagen es necesario construir conocimiento crítico acerca de la imagen misma: ¿es posible una reflexión sobre la historia, la política o la educación sin una reflexión sobre las imágenes?, ¿qué “modos de ver” se activan cuando una imagen nos convoca a mirarla?, ¿cómo educar la mirada para desentrañar la multiplicidad que contiene, comprender su sentido histórico y restituirla a un uso común? Estas son solo algunas de las cuestiones que aquí nos convoca a pensar Gabriel D’Iorio.
La propuesta se divide en dos partes:
La primera tiene la forma de una introducción conceptual en la que el autor desagrega la pregunta central por las imágenes y ensaya posibles respuestas desde los aportes de Sartre, William, Mitchell, Didi-Huberman y Mondzain.
En la segunda parte, el autor ofrece una serie de materiales y recursos para aquellos docentes que recojan esta invitación y asuman, junto a sus estudiantes, el desafío de problematizar las imágenes. Cada uno de los elementos recomendados está acompañado de una breve presentación y culmina con interrogantes que movilizan a seguir profundizando, de acuerdo con el enfoque y la disciplina en la que se decida incorporar este material.
María Laura Muchiut